jueves, 27 de noviembre de 2008

Crónicas de un parado poco ocioso: Capítulo II

MI ADORABLE PERRO CABRÓN

Dexter, del que ya hablé tiempo atrás, ha crecido. Es un precioso perro de 8 meses simpático, agradable, gracioso y un redomado cabrón cuando salimos a la calle. Antes de seguir hay que definir la palabra "cabrón" cuando hablo de Dexter. En este caso es una forma de definir lo manipulador, rebelde, embaucador y antidoctrina que puede llegar a ser.

Te levantas por la mañana y ahí está con su cabeza gacha, moviendo compulsivamente la cola y dándote los buenos días. Vas al salón, desayunas y muy majo el espera tranquilamente tumbado en el sofá a que termines y le saques a pasear.
-"¡Que majo que eres Dexter!"-

Vas a la cocina y cuando vuelves le ves intentando arramplar con cualquier resto de magdalena que se haya quedado en la mesa.
-"¡No!¡Abajo!"-

Y te mira con recelo y se va a su rincón. Decides salir y en el momento en el que te pones el abrigo le sale el canguro que lleva dentro.
-"¡No!¡Abajo!¡No!"-

Se para y te mira totalmente excitado. Entonces le pones la correa y bajas a la calle. Un par de tirones como un descerebrado pero le controlo.
-"¡Junto Dex!¡Junto!"-

Y es en estos momentos cuando tu perro es el mejor del mundo y que ni Cesar Millán podría hacerlo mejor. Das una vuelta al parque y el perro te sigue pegado a ti y piensas en lo afortunado que eres sin tener que trabajar y poder disfrutar con tu perro. Aparecen otros perros y tira como loco pero se calma.

-"¡Buen chico Dex! Que bueno que eres... te ganaste correr un poco suelto por ahí..."-


Adiós.

Nada más soltarlo el obediente perro se convierte en una bala tricolor que corre con un rumbo fijo: lejos de ti.
Ni llamándolo, ni clicker, ni silbato de ultrasonidos, ni su puta madre hacen que vuelva. Se para, le alcanzas, le vas a coger y te hace un quiebro que ni Manolete, o le llamas y se acerca corriendo hacia ti y pasa de largo toreandote una vez más.

Por fin logras engancharle y le llevas a casa, donde nada más entrar busca a Bea para saludarle y lamerle la cara.

-"¡Hola Cuchufleta!"- Le dice Bea -"¡Que bueno que eres!¿Que tal se portó?"-
-"Ye un hijo puta"- dices con los ojos inyectados en sangre.

Pasas del perro y te tumbas en el sofá y piensas en lo que deberías hacer ese día y que sabes que no vas a hacer. Ahora solo quieres olvidarte de los charcos que has pisado y en las veces que has mentado a la madre del perro.
Bea se va al curro y en ese momento Dexter se acerca con su carita de cordero degollado y se tumba a tu lado dándote unos lametones y siendo el perro perfecto. Le coges del cuello. Le miras fijamente.

-"Te odio"-

Él te mira y te pega un lametón de vaca. Acto seguido estamos los dos jugando y peleándonos en el sofá.



Mi única válvula de escape de casa es sacar el perro pero como no me hace caso me mata salir. Tal vez debería enseñarle a usar el baño...
Bueno no me enrollo más que toca sacar al perro, a mi adorable perro cabrón.

5 comentarios:

Mamen Mata dijo...

Jajajajajaja!
Mu bueno, según lo iba leyendo me iba imaginando toda la escena. jajajaja
Quizá con un buen anzuelo (comida) no tienes que correr tanto.
Un abrazote y ánimo por aquellos lares.

Ludwig Constantine dijo...

Yo tengo una gata que es toda una experta en la manipulación sentimental. Y cuando no funciona recurre a la técnica " Maúlla sin descanso hasta conseguir lo que quieres". Muy efectiva.

Zueñito dijo...

No has visto a la inglesa del "el perro o yo"? Lo de ponerle la correa de nuevo es una putada pal perro porque lo cortas el rollo. Tienes q engañarle haciéndole ver q la correa es buena porque recibe algún premio, como por ejemplo comida q le mole.
Suerte!
Yo quiero un gatoooooo!!!

JUAN VASCO dijo...

JAJAJAJAA, sin duda el mejor post de este blog, buenísimo como lo has narrado y las fotos son totales y acertadas jajaja. Saludos tío y que pases buenas fiestas!!!

JUAN VASCO dijo...

Perdón, que pasis buenas fiestas.